“Este día fuimos convocados para recordar los caídos en la ofensiva Hasta el Tope. Esa es la razón que nos reunimos acá,” dice Misael Franco. Franco es un veterano del FMLN, quien combatió por 10 años.
Otro veterano, Francisco Martínez, también compartió sus memorias durante el evento. Martínez formo parte de la toma del Ciudad Delgado. “Había una gran esperanza. Decía que si iba morir que iba a morir feliz porque era en el último esfuerzo,” dice Martínez. EL recuerda el sentimiento de euforia que impacto a los guerrilleros y los habitantes de Ciudad Delgado. La memoria es tan vivida, que Martínez puede repetir los mensajes que fueron transmitidos al pueblo: “¡Pobladores de Ciudad Delgado, en estos momentos han bajado las columnas guerrilleras, y se están colocando! ¡Incorpórate pueblo!… ¡Bajamos de la sierra como Frente de Farabundo Martí!” recuenta Martínez.
Algunos de los veteranos también compartieron memorias difíciles sobre la ofensiva.
“Supe dos meses antes de salir para San Salvador. Estuvimos planeando, conociendo las rutas de entrada. Y en Soyapango fueron dos meses muy pesaditos,” dice Franco. “El conflicto me quito cuatro hermanos míos, mayores. Y el último que perdió su vida era el día 11. Él era de fuerzas especiales. Se llamaba Raulito. Me hace difícil porque mi hermano se murió en mis brazos,” añade Franco.
Con casi un millón de salvadoreños en el sur de California, Los Ángeles es sitio de la población más grande de salvadoreños fuera del país. Griselda Gómez ha estado en los Estados Unidos por muchos años, pero ella todavía tiene memorias detalladas sobre el día del 11 de noviembre de 1989. “Nos decían que teníamos que tener bastante comida y víveres porque la guerrilla estaba avanzando y estaba en la capital,” dice Gómez. “Me puse a llevar comida. Estaba llevando comida a la guerrilla,” ella añade.
Más de dos millones de salvadoreños viven en los Estados Unidos. Eso se aproxima a 25% por ciento de la población salvadoreña. Pero la gente aquí todavía recuerda su patria y eventos como este les ayuda reconectar.
“Cuando tú tienes conciencia social, no vienes a este país para ser como uno de ellos. Tu vienes aquí, pero tu corazón está allá,” dice Gómez.